Samsung Electronics nombró oficialmente al heredero de tercera generación, Lee Jae-yong, como presidente ejecutivo, dos meses después de que fuera indultado de su condena por sobornar a un expresidente en un escándalo de corrupción que derrocó a un gobierno anterior de Corea del Sur.
La promoción de Lee es en parte simbólica, ya que ha liderado el Grupo Samsung en su calidad de vicepresidente de la compañía de productos electrónicos desde 2014, cuando su difunto padre, el expresidente Lee Kun-hee, sufrió un infarto. Los problemas legales de Lee habían sido ampliamente vistos como un factor que impidió que Samsung Electronics lo ascendiera rápidamente como presidente luego de la muerte de su padre en 2020.
El hombre de 54 años atraviesa actualmente uno de sus momentos más difíciles como ejecutivo en uno de los mayores fabricantes de chips de memoria para computadoras y teléfonos inteligentes del mundo. La devastación económica provocada por la guerra de Rusia contra Ucrania y el aumento de las tasas de interés impuestas por los bancos centrales para contrarrestar el aumento de los precios han frenado el gasto de los consumidores en dispositivos tecnológicos y desinflado los envíos de chips.
Samsung y otros fabricantes de semiconductores también se están enfrentando a las nuevas restricciones de EE. UU. a las exportaciones de semiconductores avanzados y equipos de fabricación de chips a China, como parte de los esfuerzos para evitar que la tecnología de EE. UU. avance en el ejército chino.
El anuncio de Samsung Electronics de que Lee es su nuevo presidente se produjo poco después de que la compañía informara una caída del 31% en las ganancias durante los tres meses hasta septiembre, su primera caída interanual en otra de sus ganancias trimestrales en casi tres años.
La compañía dijo que es probable que las incertidumbres geopolíticas disminuyan la demanda al menos durante la primera mitad de 2023. Dijo que la demanda podría aumentar más adelante el próximo año, impulsada por los chips necesarios para los nuevos centros de datos y productos informáticos.
Lee ya había sido liberado de prisión en libertad condicional durante un año cuando el presidente Yoon Suk Yeol lo indultó en agosto por la condena por soborno, un acto de indulgencia que subrayó la enorme influencia de la empresa de tecnología en el país.
Lee fue declarado culpable en 2017 de sobornar a la expresidenta Park Geun-hye y a su confidente cercano para obtener el apoyo del gobierno para una fusión entre dos subsidiarias de Samsung que fortaleció el control de Lee sobre el imperio corporativo. Park y el confidente también fueron condenados por el escándalo, y los enfurecidos surcoreanos organizaron protestas masivas durante meses exigiendo el fin de los turbios vínculos entre los negocios y la política. Las protestas finalmente llevaron a la expulsión de Park de su cargo.
Lee aún enfrenta una demanda separada por manipulación del precio de las acciones y violaciones de auditoría relacionadas con la fusión de 2015.