El Mobile World Congress fue cancelado en el último minuto el año pasado debido a problemas de COVID-19. Su reactivación en 2021 lo convierte en uno de los pocos programas importantes que intentan regresar incluso cuando la pandemia de coronavirus continúa a fuego lento en muchas partes del mundo.
El espectáculo, conocido como MWC, es típicamente un evento ostentoso y muy concurrido, con empresas de tecnología y telecomunicaciones que instalan pabellones elaborados para mostrar los últimos dispositivos móviles, entretener a los clientes y cabildear a los representantes del gobierno. Pero este año, la feria comercial de la industria móvil más grande del mundo probablemente será una sombra propia.
“Obviamente, hay una gran diferencia en comparación con años anteriores. Esta feria va a ser mucho más pequeña, mucho más segura desde el punto de vista de la salud y la seguridad ”, dijo Mats Granryd, Director Gerente de la Asociación GSM, que organiza la feria y representa a más de 750 operadores de redes móviles.
“Tomamos muchas precauciones: hacer pruebas a las personas con regularidad en 72 horas, sin manos, todo es sin contacto. "
Sin embargo, empresas como Ericsson, Nokia, Intel, Sony y Qualcomm permanecen al margen, ya que la surcoreana Samsung, el mayor fabricante de teléfonos móviles del mundo, solo alberga un dispositivo virtual de lanzamiento. El principal patrocinador del gigante tecnológico chino Huawei es uno de los pocos grandes nombres que tiene un stand de exhibición.
Granryd dijo que esperaba que asistieran de 25.000 a 30.000 personas en persona, una fracción de los más de 100.000 visitantes de 200 países en los últimos años.
Otros visitantes asistirán virtualmente, al igual que un tercio de los 350 oradores del programa, incluido el fundador de Tesla, Elon Musk.
Para ayudar a que la feria de cuatro días sea una realidad, las autoridades españolas han acordado eximir a los expositores, asistentes, patrocinadores y socios de las restricciones de viaje que de otro modo podrían impedirles ingresar al país.
En el centro de exposiciones Fira Gran Via de Barcelona, los arreglos de seguridad incluyen pruebas de COVID-19, ventilación adicional y rutas de un solo sentido alrededor del sitio. Los participantes deben usar máscaras y una aplicación oficial del MWC les permitirá mostrar el resultado negativo de la prueba necesaria para ingresar.
España alivió las restricciones de COVID-19 el sábado al eliminar el requisito de usar máscaras faciales afuera, siempre que las personas se mantengan al menos a 1,5 metros (5 pies) de distancia. Las máscaras siguen siendo obligatorias en interiores en lugares públicos y en transporte público.
Barcelona acoge el MWC desde 2006 y la cancelación del año pasado supuso un duro golpe económico para la ciudad, con pérdidas de ingresos para hoteles, restaurantes y empresas de taxis.
Las autoridades estiman que el programa suele generar 473 millones de euros (516 millones de dólares) y más de 14.000 puestos de trabajo a tiempo parcial para la economía local.
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Chan informó desde Londres.